miércoles, 15 de diciembre de 2010

Ave que vuela

Ave que vuela, a la cazuela, ese es uno de los dichos que siempre escuche a mi abuela y del cual me acordado estos días. No precisamente porque volasen, sino más bien al contrario. Y no precisamente porque fuesen aves, sino aviones, aunque bueno, si utilizamos el dicho, a la cazuela deberían ir no los que vuelan, si no los que dirigen y controlan a los que vuelan, aquellos grandes desconocidos, los controladores aéreos. Me permitirán hacerme una pregunta en alto, ¿Cómo unas personas con un salario de 350 mil euros anuales, pueden dejarse llevar por la codicia y colapsar un país entero? Sí que es verdad que el hecho de cobrar alrededor de 29 mil euros al mes no te priva de tener derechos como trabajador, pero te coloca en una situación un tanto mejor que el albañil que cobra 800 y esta de sol a sol poniendo ladrillos. Ustedes pensarán que unos tienen en su mano las vidas de miles de personas y el otro no, no seré yo quien les quite la razón, es más, se la doy ciegamente y es entendible a la perfección. Pero como este es mi guiso y ya he elegido el ingrediente principal les explicare porqué. Un controlador aéreo no da mejor gusto al puchero, pero vistos los pocos sentimientos y el poco raciocinio que a veces parecen tener, dotan al plato de un alto caché en la cocina moderna. El símil no es por nada en concreto pero seguro que el hecho de que miles y miles de personas quieran probar este plato lo hace más interesante. Perdónenme la ironía.

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